lunes, 9 de marzo de 2009

Hoy me gobierna mi papel de mamá. De alguna manera, durante más de 30 años, cada día ha habido un espacio para serlo. Desde el susto de sentir un ser dentro de uno, ver crecer el vientre y con él el coraje y el deseo de que llegue el momento del parto. Desde las noches interminables de calenturas, asma o simplemente producto del descuido de que hayan dormido mucho de día. Desde las lavadas de mantillas y el dolor de dejarlos llorando mientras corres para que no te deje el bus. Desde las mañanas de guarderías, busetas y loncheras. Sábados de piñatas y de cursos de natación. Desde la tardes de tareas, ferias científicas y reuniones con padres de familia perfectos. Desde las noches de uniformes y despiojadas. Desde los paseos de acampar y la alegría de los juegos a la luz de las candelas. Desde las historias de cangrejoman, frescoman y el oso caballo. Desde las noches o madrugadas de esperar oír la llave que por fin abre la puerta. Desde aprender a negociar antes de perderlos definitivamente. Desde el compartir la tristeza de no pasar el cole a la primera y la alegría de salir eximido o terminar una carrera. Desde conocer y hacerme amiga de sus amigos. Desde ayudarlos a entender el desamor y llorar con ellos. Desde llegar a amar a quien ellos aman. Desde verlos partir y llorar de alegría.

1 comentario:

Itarille Faelivrin dijo...

Qué hermoso!
Todavía no llego a la mitad y ya siento un montón de nostalgia.
Qué satisfacción debe sentirse en esa etapa en la que estás! :D

Qué bonito es ser mamá!