miércoles, 25 de agosto de 2010

El palacio de la luna

Esta vez no me equivoqué. Fue mi primer libro de Paul Auster y según pude leer después, el autor ha indicado que es su más querida novela. "El palacio de la luna" trata temas que siempre me han llamado la atención: el tema de la paternidad y el tema de no encajar en esta sociedad.

La idea de paternidad que creció conmigo fue la de padres que existen, sabemos quiénes son y adónde están, pero están ausentes emocionalmente y, en el peor de los casos, también físicamente. Ese vacío lo llenan las madres y abuelas de todos los tiempos. En la novela de Auster hay una gran diferencia: los padres no se conocen, no se sabe si existen, sin embargo, por cosas del destino, al final de sus vidas estos padres desconocidos y ausentes logran el encuentro emocional y físico con su hijo y nieto.

El otro tema: todos somos tan diferentes, tan únicos. Pero irremediablemente seguimos manteniendo la mentira universal de que hay una forma de vivir y de hacer las cosas. El que no logra encajar en este tinglado se enfrenta a muchas dificultades. Lo mágico de la novela es que esa persona diferente, logra sin proponérselo, algo tan importante como conocer y cuidar en sus últimos días a su padre y a su abuelo.

La literatura tiene la fuerza de crear una relación única entre autor y lector. En un mundo donde los espacios de comunicación genuina cada vez son más escasos, la lectura me proporciona ese único lugar del mundo donde puedo lograr esa comunicación con un extraño sin ninguna precaución.

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