lunes, 16 de agosto de 2010

El vestido rojo tejido

Como todos los días, pasábamos por aquella vitrina y nos fijábamos si aún estaba el vestido rojo. Desde hacía varios meses, habíamos comenzado a soñar. Nos imaginábamos a mami bellísima con aquel vestido tejido. Comenzamos a ahorrar. La plata del recreo, una que otra moneda que se encontraba por ahí, algo que había quedado guardado de la Primera Comunión... Posiblemente, el vestido era usado pero era muy lindo. Lo suficiente para que esos días transcurrieran atados a la ilusión. Y sí, fue una de aquellas veces en que todo salió bien. La plata se ajustó y el vestido se compró. La emoción de esconderlo mientras se llegaba el 15 de agosto, la emoción de verla abrir el regalo...Como dice el anuncio, eso no tiene precio...definitivamente, hemos sido felices.

3 comentarios:

bocacerrada dijo...

Qué bueno tener a álguien que escribe tan hermoso mis recuerdos...gracias

itzpapalotl dijo...

esa historia es una de mis favoritas <3

magaly dijo...

Sirel...recuerdo muy bien ese vestido rojo, gracias por traerlo a mi memoria.