viernes, 24 de septiembre de 2010

Las Hadas de mis árboles


El tren no se detiene. Pero tengo opciones. Puedo cambiar de rumbo y paisaje cuantas veces quiera. Solo que, a veces, quedo atrapada en el desorden de algunos de mis vagones y se me olvida mirar por la ventana. Es una tontera, porque dentro de muy poco tendré que decirle adiós a esos vagones y nada de lo que yo haya hecho logrará eliminar el desorden...Pero como me dijo mi amiga, me convierto en una olla de presión. Cualquiera que haya tenido que hervir leche, sabe a que me refiero, nunca se sabe cuando se va a desbordar. Y cuando mi válvula de escape se dispara, hace mucho ruido y asusta. Hoy he dejado ese torbellino en lo más y mejor y me he escapado a mi vagón favorito.

He estado releyendo mis maravillosos cuentos. Mi encuentro de esta mañana fue con "El príncipe hambriento" que narra la historia de un príncipe que era la esperanza de su reino. Pero sus excesos lo llevan a destruir todos los árboles, incluso los últimos que eran habitados por Hadas. Es así, como las Hadas que habitaban los árboles le castigan con la maldición de que nunca pueda saciar su hambre. El hambre lo lleva a devorar todo lo que encuentra su paso. Para obtener alimento usa a su hija para engañar la gente y ésta termina siendo la esposa y cómplice de un ladrón. Y así, el príncipe vaga por el mundo hasta morir en el desierto. Este es un cuento griego muy antiguo, que recoge la visión de que la humanidad generaría su propia destrucción. Es un final terrible para un cuento infantil. Pero indudablemente, su enseñanza me quedó grabada aunque ya no lo recordaba. He trabajado mucho para vivir rodeada de árboles y lo he logrado, y quizás son esas Hadas las que me han acompañado hasta ahora. La esperanza es que muchos hayamos recibido el mensaje de este griego desconocido y lo sigamos pasando.

1 comentario:

Aguila Blanca dijo...

Siempre me había preguntado como llamar a ese lugar especial donde me retiro a descansar y olvidar los torbellinos a los que nos enfrentamos en ocasiones, y creo que es una gran descripción la de retirarnos al vagón favorito de nuestro tren... y luego simplemente regresamos a continuar nuestro camino y elegir el siguiente destino.

Definitivamente haz logrado rodearte de Árboles y Hadas, y estoy seguro que tu historia no terminará como la del Principe del cuento griego.